¿CÓMO SE GENERA EL OZONO?

En el aire hay un 21 % de O2. Cuando el aire pasa a través de un campo eléctrico donde se le aplica un descarga eléctrica elevada, se separan moléculas de O2 que unidas a otras que se mantienen igual se forma el O3.

Al ser un gas muy inestable reacciona de forma inmediata con todas aquellas partículas existentes en el ambiente y en las superficies oxidándolas y destruyéndolas en el momento.

Hay que destacar, que el OZONO, en altas concentraciones, puede ser tóxico para las personas, por lo que se requieren medidas de seguridad para su aplicación en altas concentraciones y en especial con máquinas de a partir de 8000 mg/hora.

EL OZONO COMO BIOCIDA

El OZONO, elimina por encima del 99% el virus como COVID 19 que se encuentren en un ambiente o superficie. Al ser un gas, igual que el aire, si bien, el ozono es más denso, entra en contacto con absolutamente todo el volumen de aire tratado, además de todos los elementos y superficies contenidos en ese espacio/volumen donde se aplica.

El OZONO es un gas caracterizado por una alta reactividad e inestabilidad a temperatura ambiente, y por tener un poder oxidante muy elevado, es precisamente esta última propiedad la que le permite purificar el aire y los materiales comúnmente utilizados, de bacterias, esporas y virus, a través del daño a membranas, paredes celulares y otras estructuras biológicas. El OZONO tiene un poder BIOCIDA natural y biológico muy fuerte. Es conocido como el compuesto más poderoso, efectivo y seguro en los tratamientos de desinfección y naturalización de ambientes.

Los desinfectantes químicos que se usan habitualmente en la mayoría de los trabajos que se ven aplicar y se escuchan en los medios de comunicación, alcohol, hipoclorito sódico (lejía, mezclada con detergentes o no), peróxido de hidrógeno, amonio, etc, todos estos desinfectantes tienen una formulación líquida y se pulverizan/atomizan mojando o humedeciendo todo aquello que contactan, y por ejemplo, en el caso de una habitación o una sala, nunca queda rociada por completo. Por lo tanto, sí desinfectan, pero su efectividad es menor simplemente por su propia capacidad de oxidación y que, además, al no ser un gas, no contacta con absolutamente todo lo contenido en los espacios, además de generar subproductos de cierta toxicidad que quedan impregnados sobre las superficies que contactan, y tener fuerte olor.

El gran poder de oxidación del OZONO le permite eliminar los microrganismos de forma muy rápida comparado con otros desinfectantes (como por ejemplo el cloro o sus derivados como la lejía). Con muchos microrganismos, lo que el cloro tarda minutos en destruir por contacto con el microrganismo, el OZONO lo hace en segundos.

El poder de desinfección del OZONO es hasta 10 veces más potente que el del cloro y otros organoclorados.